lunes, 14 de enero de 2008

Carta de Jose Luis (correo recibido)

No es lo que parece
Últimamente han aparecido en los medios de comunicación una serie de noticias relacionadas con el malestar de los abonados del campo de golf del parador del Saler, como consecuencia de la desmesurada subida de los precios para el año 2.008.
Me han parecido ponderadas y han reflejado de forma objetiva la reacción de los abonados ante la medida, pero creo que el hecho merece un análisis más profundo de los "comos y los porqueses" de esta situación.
Un poco de historia:
El campo de golf se crea a partir de una "segregación y cesión" del Ayuntamiento de Valencia al Ministerio de Información y Turismo para construir un parador y el mencionado campo, motivada por "las ventajas que para Valencia representaba", según escritura del 10 de mayo de 1.965
No es el tema de esta carta determinar que "ventajas" podrían representar para Valencia regalar semejante superficie de paraíso forestal al Ministerio, evidentemente ninguna, pero todos estos acontecimientos se produjeron en un entorno de predominio total del gobierno central sobre los provinciales o locales, carentes de toda posibilidad de oponerse a las iniciativas de "instancias superiores" a las que "donaban" voluntaria y alegremente todo aquello que les pedían.
Lo cierto es que, al margen del "acierto en la cesión", el campo de golf del parador empezó su andadura con una filosofía de "campo municipal" que se mantuvo a lo largo de los años y que permitió, por una parte, que muchos valencianos de poder adquisitivo medio accedieran a un deporte que en el resto de España estaba reservado a la élite económica y, por otra, asegurar unos ingresos fijos al campo cuando no había otra posibilidad de conseguir jugadores.
Esta tendencia pareció romperse con la llegada del anterior Director, Francisco Contreras, que, en mi opinión, tuvo una tentación inicial de mejorar notablemente los "resultados" del club de golf a corto plazo, con amago de subida incluida.
Sin embargo, hombre inteligente, pronto se dio cuenta de que mantener una cierta moderación en los abonos le permitiría asegurar los mas de ochocientos abonados "de casa", nada conflictivos, y que esta decisión era perfectamente compatible con otras alternativas de ingresos.
Así pues, la mejora de resultados la obtuvo limitando el uso del campo a los abonados, que solo podemos jugar un determinado número de días al año, para crear "huecos" horarios. Estos "huecos" le permitieron ampliar sustancialmente la oferta a jugadores "foráneos" y, como consecuencia, capturar ingresos adicionales.
Los otros ingresos se obtuvieron por los numerosos torneos que se organizaron, muchos de ellos de gran prestigio.
No fue un "gana-gana" exactamente, pero aquel "gana-no pierdo mucho" propició un periodo de "paz social" en el que Francisco Contreras mejoró sensiblemente los servicios del campo e impuso una mayor disciplina entre los empleados.
Recuerdo que en una entrevista realizada en un canal de televisión, manifestó que era plenamente consciente de la enorme vinculación entre el campo de golf y la ciudad de Valencia, y creo que era sincero.
De hecho cambió su perfil inicial de "ejecutivo agresivo" (la verdad es que tenia razones muy fundadas para desconfiar de casi todo) por otro de gestor eficaz, capaz de compaginar los intereses del parador y el de los jugadores de golf.
Durante 2007 nos hicieron "el favor" de mantener los precios de abono por jugar en condiciones realmente tercermundistas entre grúas y máquinas de toda condición, sin club social ( ¡eso sí que supuso un ahorro real!) y con unas instalaciones deportivas muy en precario. Lo entendimos y los soportamos como mal necesario.
Pero llega la previsión para 2.008 y la nueva directora, a la que no tengo el gusto de conocer, se destapa con unas cuotas fuera de toda lógica alegando, entre otras cosas, la mejora del Parador o el bajo coste comparativo con otros campos de la comunidad.
La mejora del Parador no deja de ser un argumento totalmente barroco y sumamente "cabreante" para los que "solo" queremos jugar al golf.
Si la Dirección de Paradores abordó una reforma, seguramente justificada, y aprovechó la ocasión para pasarlo a la categoría de "cinco estrellas" es asunto que no nos afecta en absoluto a los jugadores de golf.
Me dirán que el campo es parte de la sociedad y que, como consecuencia, los ingresos que genera son de libre disposición para lo que estimen oportuno, (compensar unos supuestos malos resultados del parador de Zamora, pongo por caso), pero sigo sin aceptar el argumento y creo que son falsas las conclusiones porque lo son las premisas.
Insisto: El terreno del golf no les costó nada y, por tanto, no es admisible que intenten desvincularlo de un uso masivamente "valenciano" y popular.
El terreno del campo supuso una merma de nuestro patrimonio como valencianos porque alguien, usando nuestro nombre en vano, lo regaló.
Por otra parte, hace días escuché que el Gobierno Central ha incluido el coste de la remodelación del Parador como "aportación para la Copa América". ¡Supongo que sería una broma del comentarista...!
En cuanto a los costes del abono, desafío a que el Parador demuestre que su precio es más barato en términos comparativos. Es cierto que cuesta menos, pero, a diferencia de los otros campos, está limitado a un determinado días de juego al año, por ejemplo, y los servicios para los jugadores son muy, muy inferiores.
La conclusión, más que indignante es realmente dramática:
Es posible que al final de este ejercicio el Parador de Valencia mantenga sus más de 800 abonados, cambiando muchos de ellos por otros nuevos de mayor poder adquisitivo. Los "400 debutantes" opinarán que el Parador ha abusado de la situación, pero en el fondo se alegrarán de lo sucedido porque han conseguido su abono. Ya veremos que opinan en los próximos años.
Los veteranos que continuemos nos manifestaremos muy disgustados con el Parador, pensando que la Dirección nos ha despreciado y nos ha hecho pasar por un aro de prepotencia desmedida e injustificada.
Y, lamentándolo mucho, habrán otros socios veteranos que después de muchos años de practicar este deporte con sus amigos y de mantener al club en los años "difíciles", tendrán que quedarse en casa porque su poder adquisitivo no les permitirá disfrutar de su deporte de toda la vida.
Una buena parte de ellos habrán llegado a la jubilación con la ilusión de poder disfrutar de "su" campo y se encontrarán con la vergüenza y la humillación de verse arrancados y quemados moralmente como la mala hierba de la parábola, como si fueran hierbas de "mala calidad" que pone en peligro la cosecha.
Señora Directora: Su parador será de cinco o de diez estrellas, lo que ustedes estimen oportuno, pero el campo de golf es exactamente el mismo que era y no hay ningún motivo ni ético ni estético para esa transformación virtual que pretenden.
Los jugadores de golf no somos huéspedes del parador, a los que siempre hemos respetado como jugadores preferentes, ni necesitamos para nada sus instalaciones.
El que las usemos o no depende, exclusivamente, de su calidad como oferente de servicios para hacerlos atractivos por su relación precio y calidad.
Esa debería ser su prioridad y no intentar hacer "dinero fácil" a costa de enemistades absurdas.
Porque le aseguro que hay muchas alternativas para mejorar los ingresos del campo de golf sin necesidad de expulsar a los menos pudientes. Las podemos comentar cuando Vd. guste, aunque, por lo visto, no parece persona de ciertos gustos.
Llevo muchos años abonado al campo y no es la primera vez que observo actitudes de "soy la autoridad" en un Director del Parador.
Es cierto que es la autoridad e incluso también es cierto, porque lo hemos permitido, que en este momento tiene poder de vida y hacienda sobre los abonados en lo que respecta a precios, condiciones y servicios, pero le recuerdo que los jugadores de golf no somos una especie de empleados del Parador de los de "te vas a enterar".
Somos, que curioso, posibles clientes de otros paradores y/o de los servicios del suyo propio. Somos esponsor o amigos de los esponsor, podemos ser altavoces de su negocio para bien y para mal, el "boca a boca" del parador. Podemos influir, podemos muchas cosas....
Y también somos valencianos. Los que le regalamos el terreno para el parador y para "su" campo de golf.
¿Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita? ¿Aunque sea Rita Barberá?
No conozco su currículum, Dª Marian Montero Cuadrado, (acabo de conocer su nombre en el blog de los proscritos), pero tenga la seguridad de que todo esto no le va a salir gratis.
Ni a Vd. ni a la Dirección de Paradores, porque han metido la mano en un avispero que estaba totalmente dormido y controlado a conveniencia de todas las partes. No sé quien ganará al final, pero le aseguro, Dª Mariam, que el "beneficio" que van a obtener no les compensará de los disgustos que se van a llevar.
Estamos en tiempos de revisiones del pasado. A mi personalmente me parecen una completa estupidez, pero ¿quién sabe?.
Si a un partido político o una organización, del tipo que sea, les han reconocido supuestas injusticias y devuelto supuestos patrimonios alegando vicios o defectos de forma en las donaciones o incautaciones..¿Por qué no al Ayuntamiento de Valencia?
Le aseguro muy sinceramente que todo lo anterior lo expongo sin ningún tipo de acritud, aunque con mucha tristeza.
Lo que de verdad me apetece es jugar al golf en paz, que nos saludemos si nos cruzamos en algún camino y hasta que tomemos un café hablado de golf o de lo que Vd. quiera.
Lo digo como lo siento...
José Luis

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